martes, 10 de diciembre de 2019

EL POBLAMIENTO DE AMÉRICA


TEORIA AUTOCTONISTA:

La teoría autóctona o autoctonista es una hipótesis del paleontólogo y antropólogo argentino Florentino Ameghino sobre el surgimiento del hombre en América.  También es conocida como teoría monogenista-autoctonista o teoría autoctonista del origen del hombre americano.
La teoría se basa principalmente en la demostración de que la humanidad tiene como lugar de origen La Pampa argentina. Desde este lugar, habría comenzado la emigración de la especie hacia Europa y los demás continentes, hasta acabar siendo el animal dominante en todo el planeta Tierra.



Ameghino, para formular su teoría, se basó en fósiles recolectados por él mismo y su hermano Carlos en la zona de la Patagonia. A través de ellos, sustentaron una cadena evolutiva de la especie. El origen del hombre, según lo planteado por los hermanos Ameghino estaría en la era terciaria o cenozoica.
El autoctonismo de Ameghino se debe de entender en el contexto nacional de la época, en el cual Argentina era el país más importante de la región. Este financió parte de los estudios de Ameghino, que posteriormente plantearía en Europa, donde serían acogidos con beneplácito.
Esta teoría fue rechazada y refutada con el pasar del tiempo. La teoría fue sustituida por otras como la de Rivet, que planteó por primera vez la entrada del hombre por el estrecho de Bering.
A pesar de su invalidez, la teoría autoctonista del origen del hombre americano se constituyó como una de las primeras que se encontraba en la búsqueda científica del origen del hombre en América, aparcando las referencias religiosas que habían predominado en toda la colonización del continente.
TEORIA OCEANICA
El ANTROPOLOGO Francés Paul Rivet, propuso una teoría Oceánica, de origen múltiple del hombre americano, según la cual la población americana se llevó a cabo por cuatro oleadas migratorias denominadas de acuerdo a sus lugares de procedencia:
  • mongoloide
  • australianos
  • melanesio-malayo-polinesio
  • esquimales
Las oleadas estuvieron separadas por distintos espacios de tiempo, aportando caracteres asiáticos, australianos y melanesio-polinesios.
Elaboró su teoría con múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura, color de piel, etc.), datos culturales y datos lingüísticos, tanto de los asiáticos, como de los americanos y polinesios con el objetivo de encontrar correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas migratorias que habrían seguido los primeros hombres americanos. Sus críticos sostienen que fueron insuficientes los datos arqueológicos considerados.
Mongoloide
Los primeros en ingresar a América serían los asiáticos, a través del Estrecho de Bering; separados en el tiempo, los diversos grupos aportarían elementos pre-mongólicos y mongólicos propiamente dichos, evolucionando física y culturalmente en forma diferente.
Australianos
En segundo lugar, hicieron su arribo los elementos australianos, demostrado, según Rivet, por grandes similitudes físicas entre los cráneos de los patagones y de los australianos, del predominio del grupo sanguíneo 0 en ambos grupos y del común uso de producciones culturales como la cerámica, los mantos de pieles animales, las chozas circulares de ramas, el uso de troncos ahuecados como canoas, parecidas ceremonias religiosas, etc.
Pero es en el aspecto lingüístico donde Rivet pone mayor énfasis, demostrando que existen analogías entre las lenguas patagónico-fueguinas y las australianas, mencionando vocablos similares para los mismos objetos.
Las latitudes de Australia y la Patagonia difieren notablemente y por lo tanto, la inmigración australiana no pudo arribar directamente, sino que debió hacerlo por el norte o por el sur. Por el norte es poco probable, puesto que no hay huellas de su paso más allá del sur argentino, por lo que sólo resta la vía del sur, es decir la región magallánica. A esta conclusión arribó el portugués Mendes Correia, formulando la hipótesis de que los australianos llegaron a América sorteando el camino antártico.
La distancia entre Australia y el extremo sur de América se acorta si en lugar de navegar el océano en línea recta, se aprovecha un puente formado por las islas de Tasmania, Auckland, Campbell y otras para arribar a la Península Antártica y de ahí a las islas del Cabo de Hornos. Mendes Correia afirmaba que hace unos 8.000 años las condiciones climáticas favorables pudieron haber hecho posible tal recorrido y que la excepcional adaptación de los pueblos magallánicos a aquellas heladas regiones sería testimonio de una prolongada experiencia subantártica.
Melanesio-Malayo-Polinesio
La tercera oleada que arribó a América, según Rivet, aportó el elemento melanesio-malayo-polinesio, extendido en el Nuevo Mundo y que presenta mayores analogías antropológicas, culturales y lingüísticas.
Vale mencionar el tipo dolicocéfalo, común a algunos grupos indígenas americanos y melanesios; el predominio del grupo sanguíneo 0; el uso de armas comunes como el atlatl o propulsor, cerbatanas, mazos, arcos y hondas; la utilización de morteros de madera, redes, mosquiteros; la ejecución de instrumentos musicales como la trompeta de concha, la flauta de caña, el tambor de madera y membrana de cuero; idénticas técnicas de navegación con piraguas dobles, balsas de cañas; la preparación de bebidas alcohólicas con semillas, el cultivo de tubérculos como la batata; la amputación de los dedos en señal de luto, etc.
La posibilidad de contactos entre el mundo americano y el transpacífico se reforzaría con las piezas de cerámica halladas en Valdivia, Ecuador que tienen su similar en las elaboradas por la cultura Jomon (Japón). Además, las fuentes indígenas de Colombia, Ecuador y Perú hablan del arribo de extranjeros a sus costas. Incluso las crónicas incas mencionan la expedición del Inca Tupac Yupanqui a las islas occidentales que llevó al Tahuantinsuyo prisioneros de piel negra, oro y otros objetos que se conservaron en el Cuzco.
Thor Heyerdahl, afirmaba la teoría que los polinesios eran originarios del Nuevo Mundo. Para probar su teoría, se enfrascó en un exitoso viaje de América a la Polinesia en una nave, la Kon-Tiki, construida con materiales propios de los pueblos prehispánicos. Sus conclusiones se basaban en las diferencias notables entre los pueblos polinesios y sus vecinos melanesios, micronésicos, malayos y mongoles, diferencias que eran insignificantes con respecto a los grupos amerindios. Con estos elementos concluyó que los polinesios, diferentes de sus vecinos y culturalmente más afines a los pueblos americanos, necesariamente debieron salir del Nuevo Continente.
Esquimales
Penetrando por Beringia, representando la última oleada migratoria.
El antropólogo español, que estudió en Alemania, y se nacionalizó argentino Salvador Canals Frau, propone también una teoría de carácter múltiple con cuatro oleadas migratorias, clasificándola en cuatro tipos culturales:
  • Bajas Culturas: Primera invasión paleolítica que entró por Beringia, y se extendió por América.
  • Culturas Medias: Segunda oleada migratoria, procedente también de la Mongolia, a través de un grupo de canoeros mesolíticos que entró por las Islas Aleutianas.
  • Altas Culturas Maya y Azteca: de nivel neolítico, procedía de la Melanesia y se asentó en Centroamérica
  • Alta Cultura Inca: La cuarta corriente de nivel neolítico procedente del sureste asiático, que tomó el camino de las islas situadas entre Australia y Sudamérica, incluyendo la Isla de Pascua.
El resultado fue la gran diversidad racial y antropológica del aborigen americano. Los rasgos mongoloides, de pómulos salientes y ojos oblicuos, están presentes a lo largo de todo el continente. Sin embargo, las tallas varían ampliamente, desde los altos patagones que llegan a superar 1,90 m. de estatura hasta los diminutos changos del Perú cuya talla puede ser tan baja como 1.45 m. También hay variaciones en las características del cráneo y conformación de la nariz, así como en el color de la piel y los cabellos. Desde el punto de vista lingüístico la diversidad es
aún mayor, lo que hace muy difícil la clasificación por familias lingüísticas.


TEORIA ASIATICA:

Teoría inmigracioncita asiática del origen del hombre (teoría monoracial) creada por Alex Hardlicka.

El hombre aparece en era cuaternaria, el ser humano había ingresado a América por Alaska (Valle de Yucon) proveniente de Siberia (Asia) hace aproximadamente 10.000 años atrás, cruzando el Estrecho de Bering para después dispersarse por toda América. Cruzó en el interglacial de wisconsin(wurm). Los primeros pobladores de América fueron cazadores paleomongoloides asiáticos del Periodo Plesitoceno. Las oleadas migratorias habrían ingresado por el Valle del Yucon, Alaska, para después dispersarse por toda América.

  

TEORIA AUSTRALIANA
La teoría australiana fue el nombre dado a la teoría del poblamiento del continente americano sostenida por el antropólogo portugués António Mendes Correa. De acuerdo con lo expuesto por él, América fue poblada por una corriente migratoria proveniente de Australia y que entró al continente por la parte más austral del continente americano (Tierra del Fuego).
Ahora bien, la teoría australiana no estaba sustentada por hallazgos de restos arqueológicos. Sin embargo, presentó una posible ruta de poblamiento. El delineado de esta ruta se basó en similitudes físicas y semejanzas lingüísticas y culturales halladas entre pobladores americanos y australianos.
   



Por otro lado, el investigador propuso que esta corriente migratoria pudo haberse concretado aprovechando unas condiciones climáticas favorables conocidas como “optimus climaticum” (óptimo climático). Efectivamente, en los registros históricos climatológicos se observan estas condiciones durante el período que va del año 700 a.C. al 1200 a.C.
António Mendes Correa argumentaba que la ruta seguida por los indígenas migrantes pudo haber bordeado el continente antártico. Para concretar la ruta, habrían atravesado en pequeñas balsas el pasaje de Drake (punto de separación entre América del Sur y el bloque antártico).
De acuerdo con la teoría australiana, alguna islas situadas en el paso de Drake pudieron ser usadas como escalas temporales y puentes de tránsito. Una vez asentados en tierras suramericanas, habrían creado, entre otros, los grupos étnicos de Onas, Alacalufes y Tehuelches en la Patagonia.





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